La icónica franquicia de ciencia ficción TRON regresa a la gran pantalla con su nueva entrega, ‘TRON: Ares’. Dirigida por Disney, la cinta promete un viaje frenético entre el mundo digital y el real, pero deja en la audiencia una mezcla de asombro visual y un leve sabor a decepción narrativa.
TRON: Ares busca continuar con el legado de su predecesora, ‘Tron: Legacy’, y lo hace con un despliegue de efectos especiales que, sin duda, es un verdadero deleite para los ojos. Jared Leto y Greta Lee lideran el elenco en una historia que transita desde el ciberespacio hasta nuestra realidad tangible, pero se enfrenta al reto de superar un guion que no logra profundizar ni innovar en sus promesas. La premisa de una IA cruzando al mundo real eleva expectativas que quedan atrapadas en una narrativa predecible y a veces caótica.
A pesar del esfuerzo, ‘TRON: Ares’ falla en entregarnos esa chispa de novedad que tanto ansían los seguidores de la saga. Si bien la tecnología y la música de Nine Inch Nails añaden una dimensión emocionante y futurista a las escenas de acción, el desarrollo de personajes y el ritmo narrativo carecen de la complejidad y emoción que uno espera de una propuesta de este calibre. La película intenta abordar temas contemporáneos, pero sus guiños a la inteligencia artificial no trascienden lo superficial, cayendo en el recurso fácil de la nostalgia.
Sin embargo, no todo es oscuro en el universo digital de TRON. Las interpretaciones de algunos actores como Greta Lee y Jodie Turner-Smith logran brindar momentos memorables, ofreciendo actuaciones que despiertan empatía y admiración, aunque opacadas por un guion plano. Aunque la película no alcanza el éxito esperado, es un recordatorio del potencial visual que puede tener el cine cuando se mezcla lo análogo con lo digital de manera magistral.
Al final, quienes decidan ver ‘TRON: Ares’ encontrarán un espectáculo que, aunque limitado por su narración, sigue siendo una opción atractiva para disfrutar en una gran pantalla con sonido envolvente. A veces, el viaje visual es lo que realmente importa, incluso cuando la historia no termina de despegar.

