;

Un llamado de alerta: más del 60% de las aves del mundo están en declive

photo of flock of birds in the sky
Photo by Fahad AlAni on Pexels.com

¡Imagínate un mundo sin el canto de los pájaros al amanecer! Lamentablemente, esta es una realidad cada vez más cercana para muchas especies. Un nuevo informe, que nos llega de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), revela una situación que nos pone a pensar: más del 60% de las poblaciones de aves de nuestro planeta están disminuyendo. Esto no solo afecta a los paisajes que conocemos, sino que amenaza el equilibrio vital de numerosos ecosistemas y, por ende, nuestra propia vida.

El estudio, presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN en Abu Dabi, se basa en la última actualización de la Lista Roja, una de las fuentes más importantes sobre el estado de conservación global. Fue un trabajo minucioso, liderado por BirdLife International junto a un grupo de expertos que ha monitoreado la evolución de las aves durante casi una década. De las 11,185 especies evaluadas, 1,256 —casi el 11.5%— ya se consideran amenazadas a nivel mundial. Lo más impactante es que el 61% de las especies analizadas muestra un declive, un número que supera por mucho el 44% registrado en 2016. Ian Burfield, coordinador científico global de especies en BirdLife, lo resume bien: “que tres de cada cinco especies de aves del mundo estén disminuyendo demuestra cuán profunda se ha vuelto la crisis de biodiversidad y cuán urgente es que los gobiernos cumplan los compromisos asumidos”.

¿Y qué está causando este declive tan alarmante? Principalmente, la pérdida de sus hogares naturales. La deforestación y la expansión agrícola están arrasando con sus hábitats, empujándolas al borde. Zonas como Madagascar, África Occidental y América Central están viendo cómo sus bosques tropicales se deterioran a un ritmo acelerado. En Madagascar, 14 especies de aves endémicas ahora están “Casi amenazadas”, y tres más en categoría “Vulnerables”. En África Occidental, el cálao de casco negro sufre por la caza y el comercio ilegal, mientras que en América Central, la pérdida de selvas ha puesto al ruiseñor norteño de cola corta en grave riesgo. Además de la pérdida de hábitat, el cambio climático juega un papel crucial, con olas de calor que, según estudios, están diezmando poblaciones en las regiones tropicales, donde vive el 80% de la biodiversidad mundial. Las aves son clave en nuestros ecosistemas: polinizan, dispersan semillas, controlan plagas, son carroñeras y hasta ingenieras de sus entornos. ¿Sabías que los cálaos pueden dispersar miles de semillas al día, ayudando a los bosques a almacenar carbono?

La verdad es que las aves son como un termómetro de la salud de nuestro planeta. Si ellas están mal, nosotros no estamos muy lejos de sentir las consecuencias. La agricultura intensiva, la tala, las especies invasoras y la caza siguen siendo grandes amenazas. Pero la buena noticia es que aún estamos a tiempo de cambiar esta trayectoria. Burfield recalca que revertir esta tendencia requiere acciones inmediatas y coordinadas. Esto significa invertir en políticas de conservación efectivas, proteger nuestros bosques y restaurar los ecosistemas que hemos dañado. Es un esfuerzo que nos concierne a todos, pues al proteger a las aves, estamos cuidando nuestro propio futuro y la estabilidad de este hermoso planeta que compartimos. Es hora de escuchar el llamado de alerta de la naturaleza y actuar.