En el fascinante mundo de la ciencia, siempre hay algo nuevo que nos deja con la boca abierta, o en este caso, quizás el trasero. Un grupo de investigadores ha estado explorando una conceptualmente curiosa pero potencialmente revolucionaria forma de asistencia respiratoria: la respiración a través del ano. Esto no es una broma, es una investigación seria que ha ganado incluso un Premio Ig Nobel en Fisiología.
La historia de esta investigación se remonta a la inspiradora adaptación de ciertas criaturas acuáticas como lo hacen las lochas, pequeños peces que residen en las profundidades de ríos y lagos de Eurasia y África del Norte. Este pez ha desarrollado la habilidad para sobrevivir en condiciones de baja oxigenación mediante lo que se conoce como ventilación enteral a través del ano. Los investigadores, motivados por la necesidad de nuevas soluciones durante la pandemia de COVID-19, cuando los ventiladores y los pulmones artificiales escasearon, vieron una oportunidad única en estos hallazgos naturales.
El equipo del Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, influenciado por el trabajo de Leland Clark, un pionero en tecnologías respiratorias, comenzó a experimentar con ratones y micropuercos. Utilizaron un líquido especial conocido como Oxycyte, originalmente concebido como una alternativa a la sangre artificial, que tiene propiedades que podrían permitir la transferencia de oxígeno a través de la mucosa intestinal. Este enfoque innovador no solo fue prometedor en estudios preclínicos, sino que también abre una puerta de esperanza para pacientes con problemas respiratorios críticos.
Claro, la idea de respirar por el ano puede sonar extraña al principio, pero si algo nos enseña la ciencia, es a explorar fuera de lo convencional y encontrar soluciones donde menos lo esperamos. Con investigaciones en curso y resultados cada vez más prometedores, esta técnica podría revolucionar la forma en que tratamos bloqueos de vías respiratorias y problemas pulmonares. Quién sabe, quizás un día no muy lejano, adoptar este ingenioso método podría volverse una práctica habitual en hospitales alrededor del mundo.

