Si últimamente has visto en redes sociales a niños y adolescentes gritando ‘six-seveeeeen’ con las manos en el aire y una sonrisa que parece no tener explicación, no te preocupes, no estás perdiendo la cabeza. Este fenómeno viral que ha inundado TikTok y otras plataformas representa algo más profundo que un simple meme: es la firma digital de la Generación Alpha y su particular forma de comunicarse. Lo curioso es que nadie sabe exactamente qué significa ‘6-7’, y precisamente ahí radica su encanto y su poder como fenómeno cultural entre los más jóvenes.
El origen del meme nos lleva hasta diciembre de 2024, cuando el rapero Skrilla lanzó su canción ‘Doot Doot (6 7)’, donde los números hacían referencia a la calle 67 de Filadelfia. Pero internet, en su infinita creatividad, pronto despojó a estos números de cualquier contexto original. El verdadero impulso llegó cuando Taylen Kinney, un base de baloncesto de 17 años, calificó una bebida de Starbucks diciendo ‘Like a six… six… six-seven’ en un video que se volvió viral. Poco después, Maverick Trevillian, un niño de 12 años apodado ‘el niño del 6-7’, gritó la frase con tal entusiasmo durante un torneo de baloncesto que se convirtió en el meme definitivo. Lo fascinante es que ‘6-7’ no tiene un significado oculto ni un mensaje profundo – es simplemente un chiste sin punchline, una broma que se expande precisamente porque carece de sentido lógico.
Los expertos en lingüística como Gail Fairhurst explican que usar este meme funciona como una forma de pertenencia generacional: si sabes cuándo decirlo, estás dentro del grupo; si no, quedas fuera. Lo absurdo se convierte en una contraseña emocional que define a esta nueva generación. Mientras los millennials desarrollaron el sarcasmo digital y la Generación Z abrazó la ironía nihilista con fenómenos como ‘Skibidi Toilet’, la Generación Alpha ha llevado el humor al siguiente nivel con una incomprensibilidad total. Este sinsentido puede interpretarse como una reacción al caos contemporáneo: en un mundo abrumador por la información constante, gritar ‘6-7’ representa una forma de rebeldía alegre sin cinismo ni mensajes políticos ocultos.
Aunque algunos colegios en Estados Unidos han prohibido decir ‘6-7’ en clase y los profesores evitan mencionar esos números para no desatar el caos, este fenómeno nos recuerda que el absurdo siempre ha sido parte de la comunicación humana. Como señaló The Washington Post, ‘6-7′ tiene antecedentes ilustres como el enigmático ’23 Skiddoo!’ que arrasó en Estados Unidos entre 1905 y 1906. La diferencia es que mientras ‘Ok, Boomer’ marcaba una frontera generacional con cierto tono de crítica, ‘6-7′ no quiere decir nada sobre nada – es simplemente un vacío compartido, una broma de comunidad. Tal vez dentro de unos meses este meme desaparezca, reemplazado por otros números que ya circulan como ’41’ o ’93’, pero su breve reinado nos enseña que en un mundo donde todo se analiza, se explica y se monetiza, reservarse el derecho de jugar con el lenguaje sin buscarle sentido puede ser el último acto de libertad digital.

