En el mundo tecnológico, las promesas de revolucionar nuestra forma de trabajar y vivir con inteligencia artificial han sido constantes. Cuando Microsoft presentó los PC Copilot+, muchos pensaron que sería el golpe definitivo que pondría en jaque a Apple en el mercado de computadoras. Se hablaba de TOPS de potencia, de funciones que harían todo por nosotros, y de un renacimiento del PC tradicional. Sin embargo, la realidad ha sido bastante diferente: el impacto de estos equipos ha sido prácticamente nulo, y Apple sigue tan campante como siempre. La pregunta que surge es: ¿por qué nadie estaba realmente esperando PCs con IA?
La teoría era simple y atractiva: los PC con IA deberían haber impulsado las ventas del segmento y, teóricamente, haberle robado cuota de mercado a los Mac. Pero los números cuentan otra historia. Apple apenas ha enfatizado las funciones de IA en sus equipos; presentó Apple Intelligence en junio de 2024 de forma limitada, y más de un año después, sus capacidades siguen siendo modestas. La gente compra Mac por lo que siempre han sido: computadoras confiables, bien diseñadas y con un ecosistema integrado. Las ventas se han mantenido estables, y recientemente incluso han crecido, con la división Mac reportando un aumento del 13% en ingresos en el último trimestre comparado con el mismo periodo del año anterior.
Mientras tanto, los PC Copilot+ como el Acer Swift Go 14 AI, que cuesta 719 euros y ofrece 16 GB de RAM y 512 GB de SSD, no han logrado convencer. Aunque en papel suenan bien, con chips como el Qualcomm Snapdragon X Plus, en pruebas de rendimiento como Geekbench, el Apple M4 los supera claramente (3.600 puntos en single-core y 15.000 en multi-core, frente a 2.400 y 10.500 del Snapdragon). Las funciones de IA están presentes, pero no son un argumento decisivo para la mayoría de los compradores. En cambio, el MacBook Air M4, con apenas ocho meses en el mercado, ofrece una relación precio-prestaciones envidiable, disponible por 949 euros en México y 800 dólares en EE. UU., lo que pocos portátiles con Windows pueden igualar.
Al final, la promesa de que la IA revolucionaría nuestros PCs sigue siendo solo eso: una promesa. Puede que las ventas de PC se reactiven a corto plazo, pero no por la IA, sino por razones más pragmáticas, como el fin del soporte oficial de Windows 10. Apple puede estar tranquila, porque su estrategia de centrarse en lo esencial—hardware potente, diseño y experiencia de usuario—sigue resonando con los consumidores. La lección es clara: en tecnología, a veces lo que la gente realmente quiere no es lo más novedoso, sino lo que simplemente funciona bien.

