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Cómo usar inteligencia artificial sin suscripciones y pagar solo por lo que consumes

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Photo by Tara Winstead on Pexels.com

Si alguna vez has usado ChatGPT o cualquier otra inteligencia artificial generativa, probablemente te has preguntado si existe una forma más económica de acceder a estas herramientas sin comprometerte con una suscripción mensual. La respuesta es sí, y se encuentra en las APIs, esas interfaces de programación que te permiten interactuar directamente con los modelos de IA más avanzados pagando únicamente por el consumo real. Imagina poder transcribir automáticamente tus reuniones semanales, con cada intervención etiquetada con su tiempo y participante, obteniendo al final un resumen ejecutivo de los puntos clave y acuerdos alcanzados. Esta es solo una de las muchas tareas complejas que puedes automatizar sin necesidad de pagar los 20 dólares mensuales que cuesta una suscripción premium.

Para entender cómo funciona, piensa en una API como el menú de un restaurante: te muestra qué puedes pedir y cómo hacerlo, mientras que la cocina (el sistema de IA) prepara tu orden y te entrega el resultado. Por ejemplo, si estás escribiendo en Google Docs y quieres sugerencias para mejorar un párrafo, puedes usar una API para enviar tu texto a OpenAI, recibir las recomendaciones y mostrarlas directamente en tu documento sin salir del programa. Lo mejor es que no necesitas conocimientos técnicos avanzados para comenzar. Solo requieres obtener una clave API (un código de acceso único) del proveedor que elijas, como OpenAI, y luego usar complementos en tus aplicaciones favoritas o plataformas de automatización sin código.

Existen dos formas principales de integrar estas APIs en tu flujo de trabajo. La más sencilla es mediante complementos o extensiones en programas como Google Docs, Microsoft Word o Slack, donde solo necesitas instalar el plugin adecuado, configurar tu clave API y comenzar a usar la IA directamente desde la aplicación. La segunda opción, un poco más técnica pero muy poderosa, involucra el uso de scripts simples dentro de tus programas preferidos. Por ejemplo, en Google Docs puedes crear un script que ‘limpie’ automáticamente transcripciones eliminando muletillas, palabras repetidas y dando formato coherente al texto. Esto te permite personalizar completamente cómo usas la IA según tus necesidades específicas.

La verdadera magia de las APIs no está en ahorrar dinero, sino en la flexibilidad que te ofrecen para resolver problemas reales de manera creativa. Desde automatizar la organización de tus correos hasta generar resúmenes ejecutivos de documentos largos, las posibilidades son casi infinitas. Lo más emocionante es que esta tecnología está al alcance de cualquier persona dispuesta a experimentar, apoyándose en la documentación oficial de los proveedores y, cuando surgen dudas, consultando a la propia inteligencia artificial para encontrar soluciones. Así que anímate a explorar este mundo donde pagas solo por lo que usas y descubres el verdadero potencial de la IA generativa en tu día a día.