A todos nos ha pasado: elegimos una fruta o verdura por su color intenso, atraídos por su apariencia jugosa y vibrante. Y muchas veces, ¡nuestra intuición no nos falla! Resulta que esos tonos brillantes son una señal de que estamos ante una bomba de nutrientes que benefician nuestra salud, especialmente la cardiovascular. Un estudio reciente, publicado en la revista Nutrients, ha profundizado en el mundo de los carotenoides, esos pigmentos naturales que pintan de rojo, naranja y amarillo a nuestras frutas y verduras favoritas.
Estos carotenoides, como el licopeno de los tomates, el betacaroteno de las zanahorias (que incluso pueden darnos un tono anaranjado a la piel) y la luteína o zeaxantina de los vegetales verdes, son poderosos antioxidantes. Neutralizan esos molestos radicales libres que dañan nuestras células y nuestro ADN. Pero eso no es todo: también tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a mejorar nuestro colesterol, reduciendo la oxidación del LDL, el famoso colesterol “malo”. Al evitar que se formen las placas de ateroma en las arterias, nos protegemos contra la aterosclerosis, una enfermedad que puede derivar en infartos. El estudio revisó décadas de investigaciones, concluyendo que una dieta rica en carotenoides se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, ¡ojo con los suplementos! Aunque algunos estudios mostraron mejoras en pacientes con enfermedades preexistentes, los resultados fueron inconsistentes y, en general, menos efectivos que el consumo de alimentos enteros. La razón es simple: los carotenoides funcionan mejor en equipo, junto con otros compuestos presentes en las frutas y verduras, como fibra y vitaminas. Tomate, zanahoria, pimiento, calabaza, brócoli… la variedad es clave. Incluir estos alimentos en una dieta equilibrada, de manera constante y a largo plazo, es la mejor manera de aprovechar al máximo sus beneficios. Recuerda que los cambios en los hábitos alimenticios requieren tiempo para mostrar sus efectos. La constancia es la clave para un corazón sano y fuerte.
En resumen, la próxima vez que elijas tus frutas y verduras, déjate llevar por el color. Recuerda que la naturaleza nos provee de una despensa llena de tesoros, y que un corazón sano empieza con un plato lleno de colores vibrantes. ¡Buen provecho!