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Cards Against Humanity y su inesperada batalla espacial con SpaceX

La saga entre Cards Against Humanity y SpaceX ha llegado a un sorprendente desenlace que ha captado la atención de muchos. Para quienes no están familiarizados con el caso, todo empezó cuando la famosa empresa de juegos de mesa demanda a SpaceX por ocupar indebidamente un terreno en la frontera entre EE. UU. y México. Este conflicto legal ha culminado en un acuerdo que, aunque privado en sus términos específicos, es un triunfo peculiar para la compañía de juegos.

Resulta que en 2017, Cards Against Humanity decidió comprar un pedazo de tierra con dinero de donaciones con la idea de bloquear el proyecto de construcción del muro fronterizo impulsado por el entonces presidente Trump. Sin embargo, según la compañía, SpaceX utilizó este terreno sin permiso, depositando equipo y materiales de construcción. En una demanda presentada en septiembre de 2024, Cards Against Humanity solicitó hasta 15 millones de dólares para restaurar el terreno y cubrir otros daños. Después de un año de negociaciones, finalmente se llegó a un acuerdo, justo antes de que el caso llegara a juicio.

Un dato curioso del proceso es que SpaceX admitió durante la fase de descubrimiento que efectivamente había invadido el terreno, algo que fue confirmado por documentos del tribunal. A pesar de esta admisión, Cards Against Humanity optó por llegar a un acuerdo fuera de corte, evitando una costosa batalla legal que, según explicaron, probablemente no les habría permitido recuperar todos sus costos si hubieran ganado.

En lugar de un acuerdo financiero, Cards Against Humanity ofrece a sus seguidores una mini expansión de su popular juego, centrada de manera cómica en Elon Musk. También aseguraron que el terreno volverá a su estado natural, libre de escombros espaciales y, al menos por ahora, sin un muro divisorio. Esta solución destaca el peculiar ingenio con el que Cards Against Humanity aborda incluso situaciones legales, demostrando una vez más su capacidad para transformar eventos en experiencias de entretenimiento para sus fanáticos.

Este caso es un recordatorio de cómo grandes corporaciones y pequeñas empresas pueden encontrarse en el campo de juego legal, y cómo la resolución de conflictos puede tomar formas inesperadas. Además, plantea cuestiones sobre la ocupación de tierras y el uso de recursos, temas relevantes en nuestra era de expansión espacial. Cards Against Humanity ha convertido lo que pudo haber sido una amarga y costosa pelea legal, en una victoria creativa que les permitirá seguir haciendo lo que mejor saben: entretener y sorprender a su público.