La batalla legal entre las empresas de inteligencia artificial de Elon Musk y Sam Altman se intensifica con una nueva demanda que promete sacudir el mundo tecnológico. xAI, la startup del magnate sudafricano, ha presentado cargos formales contra OpenAI, acusándola de implementar tácticas desleales para mantenerse a la vanguardia en la carrera de la IA. Según la firma de Musk, los creadores de ChatGPT habrían cruzado la línea entre la competencia saludable y las prácticas ilegales, específicamente mediante el supuesto robo de secretos comerciales relacionados con desarrollos tecnológicos y modelos de negocio clave. Este enfrentamiento no es nuevo, pero la gravedad de las acusaciones sugiere que la rivalidad ha alcanzado un punto crítico que podría definir el futuro de la inteligencia artificial generativa.
La demanda presentada por xAI detalla cómo OpenAI habría inducido a empleados clave de la compañía a robar información confidencial antes de unirse a su competidor. Entre los casos mencionados se encuentra Xuechen Li, cuyo caso saltó a la luz pública en agosto pasado cuando fue acusado de robar secretos relacionados con Grok, el modelo de IA de xAI. La startup afirma que Li no solo se llevó código fuente valioso, sino que fue parte de un patrón más amplio. Jimmy Fraiture, descrito como uno de los primeros ingenieros de xAI, también habría copiado ilegalmente código fuente para llevarlo a OpenAI, mientras que un ejecutivo financiero no identificado supuestamente robó información sobre estrategias de despliegue rápido de centros de datos. Estos incidentes, según xAI, forman parte de una estrategia deliberada de OpenAI para compensar lo que perciben como una ventaja tecnológica de Grok y su infraestructura.
En el documento judicial, xAI presenta tres acusaciones principales contra OpenAI: violación de leyes federales y estatales de California por robo de secretos comerciales, inducción a empleados a cometer actos ilícitos y competencia desleal. La empresa de Musk solicita no solo la devolución de toda la información confidencial, sino también compensación económica por daños y una orden judicial que impida a OpenAI continuar con estas prácticas. Además, exigen que el caso llegue a juicio, lo que podría exponer detalles internos de ambas compañías que hasta ahora han permanecido en secreto. xAI argumenta que OpenAI alcanzó su posición dominante en IA generativa simplemente por ser pionera, pero que ahora recurre a métodos cuestionables porque sabe que no puede mantener su liderazgo frente a innovaciones superiores como las que representa Grok.
Este conflicto trasciende una simple disputa legal entre dos empresas; refleja la intensa presión que existe en la industria por dominar el campo de la inteligencia artificial. Mientras xAI alega que OpenAI está dispuesto a ‘cualquier cosa’ cuando se siente amenazado, incluido el ‘saqueo’ de avances técnicos, la comunidad tecnológica observa con atención cómo se desarrollará este caso. El resultado podría establecer precedentes importantes sobre la protección de secretos comerciales en la era de la IA y definir los límites éticos de la competencia entre gigantes tecnológicos. Más allá de los veredictos legales, lo cierto es que esta guerra judicial evidencia lo mucho que está en juego en la carrera por desarrollar la inteligencia artificial más avanzada del mundo.

