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Centenares de denuncias por abuso en centros del ICE: una sombra sobre la inmigración

Special agents with Homeland Security Investigations, the investigative arm of U.S. Immigration and Customs Enforcement, lead a man away from Fresh Mark in Salem, Ohio, on Tuesday. The mass arrests were the result of the second such large-scale raid this month.

Una investigación del Senado de Estados Unidos ha sacudido los cimientos del sistema migratorio del país, revelando un panorama desolador de abusos y violaciones de derechos humanos en los centros de detención del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). Más de 500 denuncias, desde enero de este año, dan cuenta de una situación alarmante, con acusaciones de maltrato físico y sexual que afectan especialmente a mujeres embarazadas y niños. Es una realidad que exige nuestra atención y un cambio urgente.

El informe, liderado por el senador Jon Ossoff, detalla casos desgarradores. Mujeres embarazadas que sangraron durante días sin recibir atención médica, algunas incluso sufriendo abortos espontáneos en soledad; otras privadas de comida, sueño adecuado y exámenes médicos básicos. Niños, algunos menores de dos años, abandonados a su suerte, sin recibir la atención necesaria para su salud. Una niña con graves necesidades médicas, hospitalizada varias veces, y un niño que se recuperaba de una cirugía cerebral al que le negaron seguimiento. La negligencia, en muchos casos, parece sistemática, extendiéndose por 25 estados, incluyendo instalaciones del DHS, prisiones federales y vuelos chárter de deportación. La mayoría de los casos, según la investigación, se concentran en Texas, Georgia y California. La información se basa en entrevistas con detenidos, familiares, personal médico y legal, inspecciones en centros de detención, además de informes periodísticos de medios como WIRED, Miami Herald y CNN.

La investigación resalta la grave falta de supervisión y la preocupante expansión del sistema de detención de la administración Trump, con planes para duplicar la capacidad a más de 107,000 camas. La construcción de nuevas instalaciones, como el campamento en Fort Bliss, Texas, o el uso de bases militares y prisiones rurales, genera más preocupaciones sobre la falta de escrutinio público y la vulnerabilidad de los detenidos. El crecimiento de estos centros, con contratos a empresas privadas, consolida un sistema ya criticado por la negligencia y la violencia. La omisión del ICE ante las solicitudes de comentarios agrava aún más la situación, evidenciando una falta de transparencia y de responsabilidad. El informe es una llamada urgente a la acción, para garantizar la protección de los derechos humanos de los inmigrantes y a la exigencia de una reforma profunda e inmediata del sistema de detención. Es necesario actuar para evitar que el sufrimiento de estas personas sea ignorado, invisibilizado y, peor aún, perpetuado.

La revelación de estos abusos debe ser un llamado a la reflexión para todos. ¿Cómo podemos permitir que estas situaciones ocurran en un país que se basa en la justicia y la igualdad? El camino hacia una solución requiere transparencia, rendición de cuentas y un cambio cultural que priorice la protección de los más vulnerables. La lucha por los derechos humanos es una lucha continua y la situación en los centros de detención del ICE debe ser un punto clave en esa batalla.