¡Imagínate esto! La Tierra está repleta de satélites enviando mensajes constantemente. Uno esperaría que toda esa comunicación, que incluye información súper sensible de empresas, gobiernos y hasta nosotros, los usuarios, estuviera ultra protegida con cifrado. Pero, ¡sorpresa! Un equipo de investigadores de las universidades de California en San Diego (UCSD) y Maryland (UMD) nos acaba de dar un trago amargo al revelar que esto no es así. Aproximadamente la mitad de las señales de satélites geoestacionarios son vulnerables y cualquiera con una antena sencilla podría interceptarlas. Prepárense porque esto promete sacudir el mundo de la ciberseguridad.
Durante tres años, estos investigadores utilizaron un sistema receptor de satélite estándar de menos de 800 dólares, sí, ¡solo ochocientos billetes verdes! Lo instalaron en una azotea en San Diego y, al apuntar la antena a diferentes satélites, lograron una colección alarmante de datos privados. ¿Qué encontraron? ¡De todo! Desde llamadas y mensajes de texto de usuarios de T-Mobile, datos de navegación Wi-Fi de pasajeros en vuelos, hasta comunicaciones internas de infraestructura crítica como compañías eléctricas y plataformas petroleras. Y la cosa se puso más seria: descubrieron comunicaciones militares y policiales de EE. UU. y México, revelando ubicaciones de personal y equipo. En México, en particular, encontraron comunicaciones sin cifrar de la Guardia Nacional, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con información de clientes, Telmex con llamadas de voz, y hasta datos de bancos como Santander, Banjercito y Banorte, así como de Walmart México. Aaron Schulman, codirector de la investigación, dijo estar “completamente impactado”, pues esperaban que todo estuviera encriptado.
La premisa de seguridad, según los investigadores, parecía ser “Don’t Look Up” (No mires hacia arriba), como la película. Pensaron que nadie se tomaría la molestia de escanear estos satélites. Sin embargo, este equipo demostró lo contrario, y lo peor es que la barrera de entrada para replicar su trabajo es bajísima. Matt Blaze, criptógrafo de la Universidad de Georgetown, advierte que en cuestión de semanas podríamos tener a miles de personas hurgando en el cielo. Si bien algunas empresas como T-Mobile, AT&T y Walmart actuaron rápido para cifrar sus transmisiones tras ser alertadas, otras entidades, como la CFE o algunos propietarios de infraestructuras críticas en EE. UU., aún no lo han hecho o no han respondido. Esto no solo expone información sensible, sino que abre la puerta a ataques que podrían, en teoría, manipular o desactivar sistemas vitales.
El estudio es un llamado de atención urgente. Si un equipo tan accesible puede desvelar tanto, ¿qué no podrán hacer agencias de inteligencia con recursos ilimitados? Los investigadores incluso bromearon sobre a dónde van sus impuestos si la NSA no estaba ya haciendo esto. Este hallazgo nos obliga a repensar la seguridad de nuestras comunicaciones en el espacio. No es solo un problema de privacidad personal, sino de seguridad nacional e infraestructura global. Es hora de que las empresas y gobiernos asuman la responsabilidad y cifren, de una vez por todas, esa vasta autopista de datos que surca los cielos. La seguridad no debería depender de que nadie “mire hacia arriba”.