Seguramente has escuchado hablar de Tylenol (o paracetamol, como lo conocemos en algunos lugares) y su uso durante el embarazo. Es un tema que siempre genera preguntas, y es natural querer lo mejor para la salud de nuestras mamás y futuros bebés. Recientemente, una batalla legal en Texas ha puesto el spotlight sobre este medicamento tan común, y las noticias nos traen un respiro de claridad en medio de la desinformación. Prepárense para conocer los detalles de un caso que nos recuerda la importancia de la ciencia en nuestra vida diaria.
La historia comienza con el Fiscal General de Texas, Ken Paxton, quien emprendió una demanda contra Kenvue, la compañía que produce Tylenol. El objetivo de Paxton era ambicioso: quería que un juez emitiera una orden temporal para prohibir a Kenvue afirmar que el Tylenol es seguro para mujeres embarazadas y niños, especialmente mientras se desarrolla un litigio en curso. Además, en una movida bastante peculiar, solicitó bloquear la distribución de 400 millones de dólares en dividendos a los accionistas de Kenvue. Sin embargo, la Jueza de Distrito LeAnn Rafferty, en el Condado de Panola, no se anduvo con rodeos. En documentos judiciales presentados el viernes, la jueza rechazó ambas solicitudes, marcando un revés temprano para el Fiscal General en lo que ya se perfila como un caso cargado de tintes políticos. Esta decisión inicial es un recordatorio de que las cortes exigen pruebas sólidas antes de tomar medidas tan drásticas.
El corazón de la demanda de Paxton gira en torno a una afirmación, hasta ahora no probada, de que el Tylenol causa autismo y otros trastornos. Esta idea, que ganó notoriedad gracias a figuras públicas como el expresidente Donald Trump y Robert F. Kennedy Jr., se ha difundido bastante. Recordamos una extraña conferencia de prensa en septiembre donde Trump incluso instó repetidamente a los estadounidenses a no tomar el medicamento. Pero aquí viene lo importante: los estudios científicos hasta la fecha NO han demostrado que el Tylenol (acetaminofén) cause autismo o cualquier otro trastorno neurológico. Si bien algunas investigaciones han sugerido una “asociación” entre el uso de Tylenol y el autismo, es crucial señalar que estos estudios suelen tener fallas metodológicas significativas, y muchos otros no han encontrado ningún vínculo. De hecho, el Tylenol es considerado, por la comunidad médica, el medicamento más seguro para el dolor y la fiebre durante el embarazo. Y, ojo, no tratar el dolor y la fiebre en el embarazo puede, de hecho, causar daños, ¡incluyendo un mayor riesgo de autismo!
Así que, ¿qué podemos llevarnos de todo esto? Que, al final del día, la ciencia es nuestra mejor guía. En un mundo donde la información (y desinformación) vuela a la velocidad de un clic, es fundamental apoyarnos en el conocimiento validado por expertos y estudios rigurosos. La decisión de la jueza Rafferty no solo es una victoria para Kenvue, sino también un espaldarazo a la evidencia científica y a la tranquilidad de muchas personas que confían en Tylenol bajo la supervisión de sus médicos. Antes de creer en cualquier rumor de salud, siempre es bueno verificar las fuentes y, lo más importante, consultar con un profesional de la salud. ¡Tu bienestar y el de tus seres queridos lo valen!

