En el emocionante mundo de los videojuegos, siempre estamos buscando esa configuración perfecta que nos proporcione la mejor experiencia. Recientemente, realizamos una prueba interesante al comparar SteamOS con Windows, específicamente en dispositivos que utilizan tarjetas gráficas dedicadas. Esta prueba no busca únicamente saber cuál funciona mejor, sino explorar las posibilidades y desafíos que ambas plataformas presentan.
Comencemos directo al grano: ¿cuál es más rápida? En estas pruebas, Windows tiende a tener una ligera ventaja sobre SteamOS en términos de rendimiento. Durante nuestras pruebas, descubrimos que este margen puede ser significativo en algunos casos, especialmente al analizar juegos de alta demanda gráfica. Esto no quiere decir que SteamOS no sea una opción viable; de hecho, en configuraciones más ligeras, puede ser bastante competitivo. Además, es importante recordar el origen de SteamOS, diseñado para hardware específico como el Steam Deck, donde su optimización es excepcional.
Un aspecto crítico a considerar es cómo cada sistema operativo maneja las limitaciones de memoria de las GPUs dedicadas de 8GB. Parece que SteamOS enfrenta mayores desafíos con estas limitaciones, especialmente a menores resoluciones, donde alcanza aparentes límites de RAM en más títulos que Windows. Este es un detalle que podría influir en la decisión de los usuarios al escoger su sistema operativo ideal para jugar.
En conclusión, la elección entre SteamOS y Windows puede depender del tipo de hardware que poseas y de las expectativas que tengas sobre el rendimiento. Aunque Windows muestra un poco más de agilidad, SteamOS sigue ofreciendo una experiencia viable y puede ser una plataforma que valga la pena explorar, especialmente si buscas un enfoque más ajustado y adaptado al ecosistema de Valve. Al final, lo importante es disfrutar de los videojuegos como mejor te plazca, ya sea en un sistema operativo o en otro.

