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Se armó el relajo en la luna: la ONU interviene para poner orden en el tráfico espacial

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Photo by Bruno Scramgnon on Pexels.com

¡Qué onda, exploradores cósmicos! Si pensabas que el tráfico era solo cosa de las horas pico en tu ciudad, prepárate, porque parece que la Luna también está empezando a tener sus propios embotellamientos. Después de medio siglo de tranquilidad lunar, nuestro satélite natural se ha vuelto el nuevo “hotspot” del sistema solar, y no solo para los gobiernos, sino para un chorro de empresas privadas que le están echando ojo.

Esta nueva fiebre lunar, impulsada por programas como el CLPS de la NASA, ha disparado el número de misiones: ¡nada más en los últimos dos años hubo 12 intentos! Es un camino más rápido y económico para llegar allá, sí, pero también un poco caótico. Te preguntarás, ¿cómo es posible que haya “atascos” en un espacio tan gigantesco como el cislunar (la región entre la órbita de la Tierra y la Luna)? Este espacio es ¡2,000 veces más grande que la órbita terrestre! La respuesta es sencilla: todos quieren el mismo pedacito del pastel. Al igual que los coches usan las carreteras, las naves espaciales tienden a agruparse en un puñado de órbitas estables y puntos de aterrizaje específicos que son ideales. Además, los sensores que rastrean satélites aquí en la Tierra no están diseñados para monitorear objetos tan lejanos, y el brillo de la Luna no ayuda en nada. Esta incertidumbre obliga a las agencias a ser súper cautelosas, gastando combustible en maniobras evasivas que interrumpen misiones y acortan la vida útil de las naves. ¡No está padre!

Y esto no es pura teoría, ya está sucediendo. Un estudio publicado en el Journal of Spacecraft and Rockets advierte que con solo 50 satélites en órbita lunar, cada uno tendría que maniobrar, en promedio, cuatro veces al año para evitar colisiones. Si seguimos el ritmo actual de lanzamientos, podríamos alcanzar esa cifra en menos de una década. Ya el orbitador indio Chandrayaan-2 tuvo que hacer tres maniobras entre 2019 y 2023 para esquivar acercamientos peligrosos, uno de ellos con la sonda LRO de la NASA. Y eso, cuando solo había seis naves operativas orbitando la Luna. Imagínate el relajo cuando sean más.

Por suerte, la diplomacia internacional está poniéndose las pilas. El Comité de Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (COPUOS), el foro principal para el derecho espacial, ya está tomando cartas en el asunto. A principios de 2025, COPUOS estableció formalmente un nuevo grupo de trabajo llamado Equipo de Acción sobre la Consulta de Actividades Lunares (ATLAC). Su misión es ni más ni menos que crear un borrador de “normas de tráfico” espaciales para que la cosa no se ponga peor. Tienen hasta 2027 para estudiar y proponer un mecanismo internacional de consultas.

Así que, mientras la carrera por la Luna sigue a todo lo que da, es un alivio saber que hay quienes están pensando en cómo evitar que nuestro satélite natural se convierta en una autopista con baches cósmicos. La exploración espacial es una aventura maravillosa, pero, como todo, necesita sus reglas para que todos podamos disfrutarla de forma segura y sostenible. ¡Ojalá y les salga bien el plan!