México, D.F., octubre 2015 .- El pasado miércoles 21 de octubre se celebró el “Día de Volver al Futuro”, fecha en la que los protagonistas viajan en el tiempo desde 1985, en la segunda entrega de este popular filme. Ahí, el director Robert Zemeckis nos pinta un 2015 con varios elementos propios de una película de Ciencia Ficción. Por ejemplo, vemos automóviles que se trasladan ordenadamente por el aire, patinetas voladoras, ropa inteligente que se seca automáticamente y publicidad con hologramas en 3D, elementos que hoy solamente en el cine podemos encontrar, de acuerdo con The Competitive Intelligence Unit CIU.
Sin embargo, al analizar las comunicaciones usadas en este escenario futurista, todo lo que se presenta en la película es hoy una realidad y en mucha ocasiones hasta se percibe arcaico. La videollamadas, utilizadas en la película para ilustrar el futuro, hoy son utilizadas por 38.6 millones o 31.9% de mexicanos, a través de dispositivos móviles.
Hoy también encontramos en el mercado artefactos electrónicos vestibles o wearables no advertidos en el filme, pero que habilitan diversas funciones en torno a la medición de temperatura corporal, pulso cardíaca, kilómetros recorridos y quema calórica, además que permiten otros usos como dispositivos de entretenimiento, comunicación y herramientas de pago.
Tal es el caso del desarrollo mexicano Bitbrick Band de Ironbit que permite controlar dispositivos como tabletas, Smartphones, computadoras, televisores inteligentes, publicar emociones en Facebook, recibir notificaciones, controlar la música, capturar selfies y responder llamadas con ciertos movimientos de la muñeca.
Por otro lado, los guionistas del filme auguraban el uso masivo del Fax, tecnología que fue sustituida por los Correos Electrónicos, y que en la actualidad son enviados y recibidos por 46.4 millones o 7 de cada 10 usuarios de Smartphones, tan sólo en nuestro país.
Todo lo anterior no es una casualidad, sino resultado del incesante avance tecnológico que ha tenido este sector en los últimos 30 años. En 1991, dos años después del estreno de la película, el promedio de gasto en telecomunicaciones era de $111 pesos corrientes por año tan sólo por el servicio telefonía; hoy día el gasto es de 6,142 pesos por año, esto es, 60 veces mayor, consumo que incluye a una suite muy completa de servicios, plataformas y aplicaciones.
A la fecha, los precios de los servicios han bajado y el consumo ha aumentado de forma drástica, pues el teléfono ha dejado de ser un accesorio para comunicarse y se ha convertido en elemento del día a día que permea toda nuestra realidad. Hoy hemos evolucionado a una especie de ser humano (Homo Telecom) que se comunica a distancia de manera ubicua y que aprovecha todos los medios disponibles para hacerlo. Ya sea a través de la telefonía por voz o por internet, los mensajes escritos o los textos por mensajería instantánea y redes sociales, estamos siempre conectados y comunicados.
Así, en los últimos 15 años el sector de Telecomunicaciones ha crecido 10.4%, lo que representa cuatro veces el incremento de la Economía en su conjunto en el mismo periodo (2.5% según datos del Banco Mundial). Todo ello impulsado por el desarrollo de un conjunto de elementos disruptivos, como Internet, la introducción de los Smartphones y de los wearables, que han convertido a las Telecomunicaciones en un sector transversal para el complejo del aparato económico y la sociedad.
Homo Telecom: Consumo de Servicios |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit |
La gran noticia es que este desarrollo no muestra freno ni reversa para los próximos años. La tecnología avanza a gran velocidad para que a través de la innovación, la generación de eficiencias en la producción, y la disminución de precios, sus beneficios permeen a cada vez a más personas. La llegada de nuevas tecnologías como Internet de las Cosas y las Ciudades Inteligentes, harán que la Ciencia Ficción se convierta en realidad, para el beneficio de los demás sectores productivos, pero sobre todo para los consumidores, con desarrollos que ni el Doctor Emmett Brown pudo imaginar.