Imagina un PC gaming de gama alta. Seguramente piensas en una torre rectangular con cristal templado y luces RGB, destinada a vivir bajo el escritorio. Pero MSI ha decidido romper ese molde con el MEG Vision X AI, un sobremesa que no solo busca ser el más potente, sino también transformar la forma en que interactuamos con nuestro equipo. ¿Deja de ser la torre un mero contenedor de componentes? Vamos a explorarlo en este análisis.
Desde el primer momento, el MEG Vision X AI impone respeto. Con 18.2 kilos, es un bloque denso y pesado que transmite una sensación premium. Su diseño, que podríamos llamar ‘brutalismo tech’, combina elegancia con un toque futurista, pero sin caer en aristas agresivas sin sentido. La gran novedad es su pantalla táctil vertical de 13 pulgadas que domina el frontal, acompañada de una IA que gestiona los recursos localmente, sin depender de la nube. En el interior, encontramos un hardware de ensueño: procesador Intel Core Ultra 9 285K, gráfica NVIDIA GeForce RTX 5090 con 32 GB, 128 GB de RAM DDR5 y almacenamiento SSD NVMe PCIe 5.0 de 2 TB. La gestión térmica es otro punto fuerte, con el sistema Silent Storm AI Cooling que mantiene temperaturas bajo control incluso en sesiones intensas.
La experiencia con la pantalla táctil, llamada AI HMI, es una mezcla de luces y sombras. Por un lado, es útil para monitorizar el hardware en tiempo real, controlar los ventiladores y personalizar la iluminación RGB de forma intuitiva. También funciona como una segunda pantalla para tener aplicaciones como Slack o Spotify siempre visibles. Sin embargo, la integración con Windows 11 no es perfecta: a veces roba el foco de la ventana principal, lo que puede pausar juegos, y algunos programas se abren en esta pantalla vertical por defecto, haciéndolos ilegibles. Además, acostumbrarse a interactuar táctilmente con la torre requiere un esfuerzo consciente, ya que nuestra memoria muscular está más entrenada para usar el ratón y el teclado.
En cuanto al rendimiento, el MEG Vision X AI es una bestia. En juegos como ‘Cyberpunk 2077’ con Path Tracing y DLSS 4, alcanza medias de 120 FPS en 4K con una fluidez impresionante. La gestión térmica mantiene la CPU por debajo de los 70°C y la GPU alrededor de los 75°C, con un ruido soportable incluso en carga máxima. El software MSI Center, aunque potente, se siente algo denso y confuso, contrastando con la elegancia del hardware. Con un precio que parte de los 5,199 euros, estamos ante un producto de nicho para quienes buscan lo máximo en potencia, diseño y exclusividad, dispuestos a convivir con algunas imperfecciones en la experiencia táctil.
