;

Los animales también ven ilusiones ópticas

¿Alguna vez te has preguntado si nuestros amigos del reino animal son capaces de percibir ilusiones ópticas como lo hacemos los humanos? La respuesta puede sorprenderte. Las ilusiones ópticas dependen del contexto en que se encuentren y lo curioso es que no sólo afectan a los humanos. Un estudio reciente publicado en la revista Frontiers in Psychology sugiere que algunos animales también pueden verse influenciados por estas ilusiones visuales, dependiendo de su entorno sensorial.

La ilusión de Ebbinghaus, donde un círculo central parece cambiar de tamaño según el contexto que lo rodea, es una de las más conocidas. Pero, ¿qué es lo que realmente sucede en el mundo animal? Investigaciones previas ya hacían suponer que animales como delfines, polluelos y algunos peces podían caer en este tipo de trucos visuales, mientras que palomas, babuinos y ciertas serpientes no lo hacían. La fascinación de los gatos con cajas y espacios pequeños alrededor de la red respaldaba esta idea; fue un claro ejemplo del comportamiento condicionante del entorno en la percepción visual felina. Estudios de 1988 y 2021 concluyeron que los gatos eran susceptibles a la ilusión de Kanizsa, una señal de que ellos también perciben contornos subjetivos, de manera similar a nosotros.

El estudio más reciente abordó este fenómeno en tórtolas y guppies, dos especies que viven en contextos sensoriales bastante divergentes. Las tórtolas, que encuentran su alimento picoteando en el suelo, requieren de una gran capacidad para juzgar tamaños y distancias, algo muy diferente de los guppies, quienes viven en el dinámico y a menudo peligroso mundo de los arroyos tropicales. Para ellos, la capacidad de hacer juicios rápidos sobre el tamaño relativo es vital para su supervivencia. La investigación, por lo tanto, nos lleva a reflexionar sobre cómo el entorno puede moldear la percepción visual de los animales, sugiriendo que, al menos para algunas especies, ver puede no ser simplemente un acto de reconocimiento, sino un complejo teatro de interpretación.

En definitiva, las ilusiones ópticas pueden no ser exclusivas de los humanos y ofrecen una ventana fascinante a cómo los diferentes seres vivos perciben y navegan su mundo. Este tipo de estudios no sólo amplia nuestro entendimiento sobre la percepción animal, sino que también nos invita a reconsiderar la complejidad de sus mundos sensoriales, llenos de posibilidades que tal vez aún no hemos explorado por completo.