En el universo político de Donald Trump, brilla una figura que aunque opera tras las cortinas, ha logrado acaparar una influencia que pocos alcanzan en todo el mundo. Estamos hablando de Larry Ellison, el cofundador y actual director de tecnología de Oracle, quien ha sido apodado en algunas esferas como el ‘presidente en la sombra’ de los Estados Unidos. Este magnate no solo comparte esporádicamente el título de la persona más rica del mundo con otros grandes nombres como Elon Musk, sino que además su creciente poder y sus decisiones estratégicas en el ámbito político y tecnológico no pasan inadvertidas.
Pocos saben que Ellison, un gigante en el mundo de las bases de datos y las aplicaciones en la nube, ha estado jugando sus cartas en el juego de la influencia política, especialmente durante los ciclos presidenciales de 2020 y 2024. Su papel como un generoso donante del Partido Republicano ha abierto puertas a nuevos negocios con la administración Trump, marcando una nueva era para Oracle. Este movimiento demuestra cómo la familia Ellison se está consolidando en el mercado de datos y atención, muy similar a lo que los Vanderbilt lograron en el sector ferroviario y los Rockefeller en el petróleo hace décadas.
Larry no solo es notable por su fortuna y su conexión política, sino también por su peculiar personalidad y su amor por lo extravagante. Ha adquirido la mayor parte de la isla hawaiana de Lanai, se ha involucrado en la industria de la aviación, y ha patrocinado competencias como la Copa América de vela. Sin embargo, lo que realmente destaca es su habilidad para mantener una relativa invisibilidad en medio de todas estas enormes inversiones y decisiones de alto perfil.
A pesar de su edad, Larry sigue moviéndose con inteligencia en el mundo de los negocios y la política, sembrando las semillas para un legado que probablemente será asumido por su hijo David en el futuro. David, aunque sigue los pasos de su padre en el ámbito empresarial, ha mostrado inclinaciones políticas menos marcadas que su progenitor. Y mientras el futuro de sus influencias políticas es incierto, lo que está claro es que los Ellison continuarán siendo una fuerza a tener en cuenta tanto en la tecnología como en la política.
En un mundo donde la atención se considera uno de los bienes más preciados, los Ellison están posicionados estratégicamente para ser una de las dinastías más prominentes del siglo XXI. Aunque solo el tiempo dirá cómo esta familia moldeará el futuro de la tecnología y la política, su capacidad para influir tras bambalinas es innegable.
