En un movimiento que ha generado revuelo tanto en el mundo financiero como ambiental, el estado de Texas, junto con otros fiscales generales republicanos, ha presentado una demanda en contra de tres de las firmas de gestión de activos más prominentes de Wall Street: BlackRock, Vanguard, y State Street. Este caso ha puesto el foco en las prácticas de inversión relacionadas con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años.
Desde 2022, algunos legisladores republicanos han intensificado sus esfuerzos por cuestionar las iniciativas ESG, que se enfocan en que las empresas hagan compromisos sostenibles en materia ambiental y social. Estos esfuerzos culminaron en noviembre con la presentación de una demanda por parte del fiscal general de Texas, Ken Paxton, y sus colegas, alegando que estas firmas forman parte de un “cartel de inversión” que intenta reducir la producción de carbón, potencialmente elevando costos energéticos para los estadounidenses.
El impacto de esta campaña legal ha sido notable. De acuerdo con Denise Hearn del Columbia Center on Sustainable Investment, esta situación ha generado incertidumbre en el ecosistema de inversiones. Además, organizaciones como Ceres, que promueven prácticas empresariales sostenibles, han recibido cartas que refuerzan este ambiente de presión. Sin embargo, Steven Maze Rothstein de Ceres señala que los inversionistas mantienen su interés en estrategias sostenibles, conscientes de que el equilibrio ambiental no está supeditado a cambios políticos temporales.
La reciente decisión de un juez del distrito de Texas de no descartar la demanda, aunque permitió el descarte de tres de los cargos, sugiere que podría haber un juicio en el horizonte. Este conflicto plantea preguntas sobre el futuro de las inversiones ESG y cómo estas se perciben en un contexto político cada vez más polarizado. Independientemente del resultado, la discusión en curso sobre la sostenibilidad en el mundo corporativo parece estar lejos de terminar. Mientras tanto, la naturaleza sigue su curso, al margen de las disputas legales y políticas.

