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La burbuja de la IA: ¿estamos frente a un estallido tecnológico sin precedentes?

focus photography of a bubble
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La inteligencia artificial (IA) está en boca de todos. Desde el impresionante debut de ChatGPT a finales de 2022, el mundo se ha vuelto loco por esta tecnología, imaginando un futuro donde las máquinas harán maravillas. Empresas en Silicon Valley y más allá han girado su atención y sus billetes hacia la IA, y la emoción se siente en el aire. Pero, ¿y si esta ola de entusiasmo esconde algo más? ¿Y si no es solo una ola, sino una burbuja, y una de las grandes?

Expertos como los economistas Brent Goldfarb y David A. Kirsch, autores de “Bubbles and Crashes”, nos dan una pista. Su marco para evaluar burbujas tiene cuatro pilares, y la incertidumbre es el primero. Con la IA, la neta, estamos en las mismas que con la iluminación eléctrica en sus inicios: ¿cómo monetizarla realmente? Aunque OpenAI o Meta hablen de superinteligencia, sus modelos de negocio a largo plazo son un gran signo de interrogación. Los costos operativos son altísimos, muchas empresas no ven ganancias y se invierten miles de millones sin una hoja de ruta clara.
Además, para que una burbuja se infle, necesitamos las empresas ‘pure play’. Son compañías cuyo destino depende totalmente del éxito de una innovación, y que saben contar historias que nos emocionan. Piensa en Nvidia, gigante por sus chips para IA, o en startups como Perplexity y CoreWeave, que atraen inversiones millonarias. El Silicon Valley Bank reporta que la mayoría del capital de riesgo va directo a empresas de IA. Esto crea una interdependencia que, en caso de caída, podría generar un efecto dominó bastante fuerte.

El tercer ingrediente son los inversionistas novatos. Hoy, gracias a apps como Robinhood, cualquiera puede meterle su dinerito a la bolsa, y la IA no ha sido la excepción. Nvidia, por ejemplo, ha sido de las acciones más compradas por minoristas, quienes le han metido un chorro de lana. La verdad es que, en este campo, casi todos somos ‘novatos’ porque la tecnología es tan nueva que nadie sabe exactamente hacia dónde va. Esta ‘casino-ificación’ de la economía facilita que personas con menos experiencia inviertan basándose en promesas más que en realidades tangibles.
Finalmente, la narrativa. ¡Ah, la narrativa de la IA es la joya de la corona de esta posible burbuja! Es la historia de que la IA lo va a hacer todo: curar el cáncer, automatizar trabajos, resolver el cambio climático. Es una promesa casi infinita, inabarcable. Así como Lindbergh desató una fiebre por la aviación o la radio prometía un mundo nuevo, la IA ha creado una narrativa tan poderosa que eclipsa cualquier cautela. Nos hacen creer que es inevitable, y que debemos invertir ahora mismo o nos quedaremos fuera de la ‘gran revolución’.

Entonces, ¿qué nos dicen Goldfarb y Kirsch? Según sus análisis y la aplicación de su marco a la IA generativa, esta situación actual marca todas las casillas: alta incertidumbre, muchas empresas ‘pure play’, un montón de inversionistas novatos y una narrativa increíblemente poderosa. De hecho, le dan un 8 en su escala de riesgo de burbuja. La historia ya nos ha mostrado casos similares, como las burbujas de la aviación o la radio en los años 20, que terminaron en caídas drásticas y tuvieron un impacto enorme. Así que, mientras la IA sigue deslumbrándonos con su potencial, es crucial que los inversionistas y el público en general seamos cautelosos. Porque, como dice el dicho, ‘compradores, tengan cuidado’.