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El inesperado obstáculo para la adopción de autos eléctricos en EE. UU.: los garajes llenos de trastos

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Photo by Curtis Adams on Pexels.com

Cuando pensamos en los desafíos para la transición hacia vehículos eléctricos, usualmente imaginamos problemas como la autonomía de las baterías, la infraestructura de carga pública o los altos precios. Sin embargo, un estudio reciente revela un obstáculo mucho más doméstico y sorprendente: los garajes estadounidenses abarrotados de objetos que impiden la instalación de cargadores. Esta curiosa barrera podría estar frenando significativamente la adopción de autos eléctricos en hogares que, técnicamente, están perfectamente preparados para dar el salto hacia la movilidad sostenible.

La investigación dirigida por Sam Abuelsamid, vicepresidente de Telemetry, analiza las necesidades de infraestructura de carga para la próxima década y descubre que el 80% de la carga de vehículos eléctricos ocurre en casa mediante corriente alterna (AC), no en estaciones de carga rápida. Los datos del Laboratorio Nacional de Energía Renovable muestran que el 42% de los propietarios de viviendas ya tienen acceso a un enchufe capaz de carga nivel 2 (240 V) cerca de donde estacionan. Lo fascinante es que este porcentaje podría aumentar hasta el 68% si los dueños de casa simplemente liberaran espacio en sus garajes para estacionar sus vehículos cerca de las tomas eléctricas existentes.

Abuelsamid explica que el 90% de todas las viviendas pueden agregar una toma de 240 voltios cerca de donde se estacionan los autos, pero el comportamiento de estacionamiento se ha convertido en un factor crucial. Muchos propietarios usan sus garajes principalmente como almacenes improvisados, llenándolos con artículos que rara vez usan, dejando sus autos en la entrada o la calle. Este hábito aparentemente inocente crea una barrera invisible pero poderosa para la carga domiciliaria, que es la columna vertebral de la practicidad de los vehículos eléctricos.

Este estudio nos invita a reflexionar sobre cómo nuestros hábitos cotidianos y decisiones aparentemente triviales pueden tener un impacto significativo en la adopción de tecnologías sostenibles. La transición hacia la movilidad eléctrica no depende solamente de avances tecnológicos o políticas gubernamentales, sino también de cambios en nuestro comportamiento y organización del espacio doméstico. A veces, la solución a grandes desafíos globales puede comenzar con algo tan simple como ordenar el garaje y repensar cómo utilizamos nuestros espacios personales para alinearlos con un futuro más sostenible.