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Descubriendo el poder oculto bajo nuestros pies: la energía geotérmica que podría transformar nuestro futuro energético

Geyser with green field background
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Imagina una fuente de energía que nunca se apaga, que funciona día y noche sin importar si hace sol o llueve, y que lleva millones de años esperando bajo la superficie terrestre. Esta no es ciencia ficción, sino la realidad de la energía geotérmica, ese tesoro energético que yace justo debajo de donde caminamos. Mientras el mundo busca desesperadamente alternativas limpias a los combustibles fósiles, esta energía constante y confiable podría ser la pieza que falta en nuestro rompecabezas energético. Lo fascinante es que no necesitamos inventarla, solo aprender a aprovecharla mejor.

La energía geotérmica funciona aprovechando el calor natural del interior de la Tierra, que en el núcleo alcanza temperaturas similares a la superficie del sol, alrededor de 6.000°C. Este calor asciende gradualmente hacia la superficie, calentando rocas, suelos y aguas subterráneas. Cuando estas aguas alcanzan temperaturas superiores a 150°C, pueden generar electricidad a través de turbinas movidas por vapor. En temperaturas más moderadas, entre 30°C y 100°C, se utiliza para calefacción urbana y procesos industriales. Pero quizás lo más innovador es la geotermia superficial, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo (entre 10°C y 15°C) mediante bombas de calor que en invierno extraen calor de la tierra y en verano lo devuelven, consumiendo hasta un 80% menos energía que los sistemas tradicionales.

En países como Islandia, la geotermia ya es una parte fundamental de su matriz energética, mientras que en Europa continental su desarrollo ha sido más gradual. Sin embargo, el panorama está cambiando rápidamente con tecnologías como los Sistemas Geotérmicos Mejorados (EGS), que crean artificialmente permeabilidad en rocas profundas para generar recursos donde antes no existían. Lo que hace única a esta energía renovable es su disponibilidad constante las 24 horas del día, los 365 días del año, proporcionando estabilidad a las redes eléctricas y complementando perfectamente a otras energías renovables más variables como la solar y eólica.

Aunque España aún no cuenta con centrales geotérmicas para generación eléctrica, el país está dando pasos significativos en geotermia superficial, con miles de viviendas, hospitales y edificios públicos ya utilizando estas tecnologías. Las Islas Canarias, por su origen volcánico, representan la mayor esperanza para el desarrollo de geotermia de alta temperatura en el país. Programas como Geotermia Profunda, financiados con fondos NextGenerationEU, están impulsando la exploración a profundidades de hasta 3.000 metros. Esta energía que duerme bajo nuestros pies podría ser clave no solo para nuestra transición energética, sino para construir un futuro más independiente, innovador y sostenible. La pregunta no es si tenemos el recurso, sino si tendremos la visión para aprovecharlo plenamente.