La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) se encuentra en el centro de un huracán mediático tras la filtración de un memo controversial. Todo comenzó cuando Vinay Prasad, el oficial jefe médico y científico de la FDA, envió un correo a su personal que causó revuelo en la organización y más allá. En el documento, se afirmó sin evidencia que las vacunas COVID-19 habrían sido responsables de la muerte de 10 niños en el país, una declaración que provocó una respuesta rápida y contundente de muchos profesionales.
El pasado miércoles, doce excomisionados de la FDA, quienes tienen en conjunto más de 35 años de experiencia supervisando la agencia, decidieron alzar la voz. En una declaración conjunta publicada en la afamada revista médica New England Journal of Medicine, expresaron su profunda inquietud y preocupación por los comentarios de Prasad. Señalaron que sus ideas representaban una amenaza para los trabajos de la FDA y para la salud pública en general.
Los excomisionados criticaron especialmente la intención de Prasad de desechar el actual marco de regulación para vacunas como las de la gripe estacional y las de COVID-19, que se actualizan a través de estudios bien establecidos de inmunorespuesta. Prasad desestimó estos métodos calificados, propuestos para ser reemplazados por costosos ensayos aleatorizados que podrían retrasar las actualizaciones por meses o incluso años.
Por último, los excomisionados describieron el memo de Prasad como el “último de una serie de preocupantes cambios en la FDA” y subrayaron que las modificaciones propuestas carecían de lógica. Manifestaron que las críticas de Prasad a los estudios de inmunorespuesta desfiguraban tanto la ciencia como el historial regulador, especialmente en el contexto de vacunas dirigidas a patógenos bien comprendidos.
Este incidente subraya un momento crítico para la FDA, ya que las decisiones tomadas no solo afectan la salud pública, sino que también reflejan el rigor científico con el que deben ser guiadas las políticas sanitarias. Los profesionales de la salud, así como el público en general, esperan con atención los próximos pasos que dé la FDA en este tenso pero importante capítulo de su historia.

