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Inequidad competitiva en licitación de 2.5 GHz

Ernesto Piedras The Competitive Intelligence Unit
Ciudad de México, Febrero, 2017.- Este año se cumplirán seis años del anuncio del reordenamiento de la banda de 2.5 GHz y en este mismo plazo, finalmente se licitarán 120 MHz en las frecuencias ubicadas ente 2500 y 2690 MHz. Es así como sumarán 575 MHz de espectro radioeléctrico asignado para telecomunicaciones móviles internacionales (IMT en inglés).
Si bien esta cantidad colocará a México en una posición destacada en el comparativo regional de países de Latinoamérica, aún no supera la mitad de los 1300 MHz recomendados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para 2015 y apenas alcanza una tercera parte (33.4%) del objetivo estimado en 2020 para detonar el desarrollo de las comunicaciones móviles avanzadas.
Es por ello que es requerida una política de planeación, ejecución y administración de espectro que acelere su paso y permita satisfacer la creciente demanda por este recurso escaso, que a su vez favorezca un uso eficiente y diverso de las frecuencias disponibles.
Amerita recordar que uno de los objetivos de la Reforma Telecom 2013 es permitir una adjudicación eficiente, oportuna y competitiva del espectro radioeléctrico para detonar las inversiones, la calidad de los servicios y consecuentemente, la gestación de competencia efectiva entre los jugadores del mercado.
Sin embargo, esta licitación queda corta respecto a estos fines, con base en las condiciones establecidas en las bases aprobadas y dadas a conocer recientemente por el IFT.
En primer lugar, debido a que se permitió la participación del Agente Económico Preponderante (AEP) América Móvil (Telcel), a pesar de ser el único operador que cuenta con frecuencias en esta banda y que ostenta una posición dominante en la tenencia de espectro radioeléctrico. Si bien se impuso un límite espectral en las frecuencias disponibles para servicios móviles de 32.5% en la primera ronda de la licitación (haciéndose de un solo bloque de 20 MHz superaría inmediatamente ese tope), se abre la posibilidad de que el preponderante opte por un bloque en la segunda ronda, en caso de no agotarse todos en la primera.
Otra ruta de contravención a los propósitos referidos es la imposición de obligaciones de cobertura para los operadores ganadores. Si Telcel no resulta estar en este grupo, el resto de los competidores tendrán cargas adicionales a las de Telcel, quien no tendrá que cumplir con dicho requerimiento al adquirir 60 MHz en el mercado secundario de espectro.
Respecto a los costos de oportunidad y absolutos en que incurrirían los competidores por las frecuencias licitadas, el Comisionado Cuevas (IFT) ha advertido que una desventaja para los competidores en términos de costos deriva de las obligaciones de cobertura que representan requerimientos de inversión de entre 43% y 51% de lo que Telcel pagó a MVS por los 60 MHz de la banda de 2.5 GHz.
Adicionalmente, debe considerarse que el proceso licitatorio tomará todo el año para concluir, plazo en el cual los competidores no podrán ofrecer servicios sobre esa banda.
A pesar de que hoy se cuentan ya con unas bases definidas y ciertas sobre la licitación en la banda de 2.5 GHz, se fijaron condiciones inequitativas entre operadores.
La gestación y fortalecimiento de la competencia en el mercado también requiere que la política espectral se alinee a los principios de equidad competitiva, puesto que incluso de la tenencia espectral y las condiciones para su asignación deriva la generación de ventajas o desventajas de un(os) jugador(es) sobre otro(s).
Con todo, tenemos a la vista una licitación que pudiera derivar en un nuevo caso de generación de ventajas anticompetitivas para el preponderante sobre los demás operadores en el mercado.

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