Estamos aproximadamente a un cuarto del camino del siglo XXI, y el panorama que enfrenta la ciencia es más desafiante que nunca. Los veranos en el hemisferio norte están marcados por inundaciones repentinas, sequías devastadoras, olas de calor extremo, incendios forestales incontrolables y tormentas cada vez más intensas, exactamente como predijeron los científicos de Exxon en la década de 1970. Mientras tanto, en el ámbito de la salud, las herramientas más efectivas para combatir enfermedades que han azotado a la humanidad durante milenios son cuestionadas desde las más altas esferas del poder. En este contexto de desinformación y ataques sistemáticos, dos científicos destacados han unido fuerzas para contar su historia en ‘Science Under Siege’, un testimonio crudo sobre la guerra moderna contra el conocimiento científico.
Michael Mann, climatólogo de la Universidad de Pensilvania, saltó a la fama en 1998 cuando creó el famoso gráfico de ‘palo de hockey’, que demostró claramente cómo las temperaturas globales se mantuvieron relativamente estables hasta alrededor de 1900, momento en que comenzaron a aumentar de manera precipitada y no se han detenido desde entonces. Por otro lado, Peter Hotez, microbiólogo y pediatra del Baylor College of Medicine, lideró el desarrollo de una vacuna contra COVID-19 de bajo costo y libre de patentes, financiada con fondos públicos y distribuida a casi cien millones de personas en India e Indonesia. Lo que ninguno de estos científicos anticipó fue que sus campos de estudio necesitarían defensores, mucho menos que ellos mismos se convertirían en cruzados de la verdad científica.
Lo que comenzó como investigación pura se transformó en una batalla por la credibilidad y la supervivencia misma de la ciencia. Tanto Mann como Hotez han enfrentado condenas del Congreso de EE. UU., campañas de desprestigio organizadas y amenazas de muerte por parte del mismo público al que intentan servir. Su experiencia refleja un fenómeno más amplio: la creciente desconexión entre la evidencia científica y la percepción pública, exacerbada por la desinformación que se propaga a través de chatbots de IA y redes sociales. Estos científicos no solo luchan por sus hallazgos, sino por la integridad misma del método científico en una era donde las emociones a menudo superan a los hechos.
El libro ‘Science Under Siege’ representa más que un simple relato de adversidades; es un llamado a la acción para todos aquellos que valoran el conocimiento basado en evidencia. Mann y Hotez comparten las lecciones aprendidas como comunicadores científicos en un mundo cada vez más polarizado, ofreciendo estrategias para contrarrestar la desinformación y defender la verdad. Su mensaje es claro: la ciencia no es solo una colección de datos, sino el faro que nos guía hacia un futuro más seguro y sostenible. En un momento donde las fake news se propagan más rápido que los virus, su trabajo nos recuerda que defender la ciencia es defender nuestro propio bienestar colectivo.