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Rocket Report: el dilema de los motores rusos y el lanzamiento 300 a la ISS

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Si todo sale según lo planeado, estamos a menos de seis meses de presenciar un momento histórico: cuatro astronautas viajando alrededor de la cara oculta de la Luna, rompiendo por primera vez en más de 53 años el confinamiento de la órbita terrestre baja. Sí, es cierto que existen razones válidas para cuestionar los planes a largo plazo de la NASA para el programa lunar Artemis: el costo exorbitante del cohete Space Launch System, la complejidad de los nuevos módulos de aterrizaje comerciales y un panorama presupuestario poco alentador. Pero muchos de nosotros, que nacimos después de los alunizajes del programa Apollo, hemos estado esperando este momento toda nuestra vida. Y ahora está casi aquí.

En el ámbito de la seguridad global, Corea del Norte anunció esta semana que realizó la prueba final en tierra de un motor de cohete de combustible sólido para un misil balístico de largo alcance, según reporta Associated Press. Esta prueba, observada personalmente por el líder Kim Jong Un, representa el noveno ensayo de este motor construido con fibra de carbono y capaz de producir 1,971 kilonewtons de empuje, significativamente más potente que modelos anteriores. Los misiles balísticos intercontinentales de combustible sólido, o ICBM, ofrecen ventajas considerables sobre los de combustible líquido, que históricamente han constituido la mayor parte del arsenal norcoreano: pueden almacenarse por períodos más largos y son más fáciles de ocultar, transportar y lanzar bajo demanda.

El nuevo motor de cohete sólido será utilizado en un misil llamado Hwasong-20, de acuerdo con medios estatales norcoreanos. Analistas internacionales sugieren que Corea del Norte podría realizar otra prueba de ICBM alrededor de fin de año, mostrando su fortaleza militar previo a un importante congreso del partido gobernante esperado para principios de 2026. Mientras tanto, en el lado positivo de la exploración espacial, continuamos invitando a nuestros lectores a enviar sus contribuciones y a suscribirse para no perderse ninguna edición de nuestro Rocket Report, que incluye información sobre cohetes de elevación pequeña, media y pesada, además de un vistazo a los próximos tres lanzamientos programados.

Reflexionando sobre estos desarrollos, queda claro que la carrera espacial contemporánea presenta dos caras muy distintas: por un lado, la inspiradora colaboración internacional representada por Artemis y la ISS, que nos acerca nuevamente a la Luna después de décadas; por otro, el preocupante avance de tecnologías de misiles que podrían alterar el equilibrio geopolítico global. Como entusiastas del espacio, debemos celebrar los logros en exploración mientras permanecemos conscientes de los desafíos que estas mismas tecnologías presentan para la seguridad mundial. El futuro de la exploración espacial dependerá no solo de nuestra capacidad técnica, sino también de nuestra sabiduría para guiar estos avances hacia fines pacíficos y beneficiosos para toda la humanidad.