El asesinato del activista conservador Charlie Kirk durante un evento en Utah ha desencadenado una ola de llamados a la violencia y confrontación en las redes sociales por parte de figuras de la extrema derecha estadounidense. Minutos después de que Kirk, cofundador del grupo Turning Point USA (TPUSA), fuera asesinado a tiros mientras respondía preguntas en la Universidad de Utah Valley, influencers y comunidades extremistas comenzaron a circular mensajes incendiarios culpando a la izquierda y promoviendo la idea de una guerra civil inminente.
Influencers como Alex Jones de Infowars declararon repetidamente ‘esto es una guerra’ durante transmisiones en vivo, mientras que el expresidente Donald Trump, a través de su plataforma Truth Social, acusó a la retórica de la izquierda radical de ser responsable del ‘terrorismo’ que se vive en el país. Stewart Rhodes, fundador de Oath Keepers cuyo grupo fue conmutado por Trump, anunció que reconstruiría su milicia para ofrecer protección a figuras conservadoras, argumentando que su equipo de seguridad habría prevenido el ataque. Rhodes incluso pidió a Trump que invocara la Ley de Insurrección contra la izquierda, describiendo sus acciones como ‘rebelión abierta’ contra la ley estadounidense.
La retórica violenta se extendió rápidamente a través de múltiples plataformas, incluyendo X (antes Twitter), donde figuras como Elon Musk, Laura Loomer y Christopher Rufo culparon directamente a la izquierda del tiroteo y pidieron medidas drásticas como investigaciones RICO contra donantes demócratas y organizaciones no gubernamentales. En foros extremistas como The Donald, usuarios promovieron abiertamente la idea de una guerra civil, con comentarios como ‘la guerra está llegando’ y ‘nuestro bando no ha disparado ni una bala’, refiriéndose a incidentes anteriores como el asesinato de Ashli Babbitt durante los disturbios del Capitolio. Incluso grupos neonazis como Blood Tribe vieron en la muerte de Kirk una oportunidad de reclutamiento, describiéndolo como un ‘mártir’ a pesar de considerarlo previamente un enemigo por no ser lo suficientemente extremista.
Para investigadores de extremismo como Jeff Sharlet, autor de ‘The Undertow: Scenes from a Slow Civil War’, la respuesta unificada y violenta a la muerte de Kirk es especialmente preocupante. Aunque la gran mayoría de quienes promueven estos mensajes nunca actuarán, el daño potencial del 0.1% que sí podría hacerlo representa un riesgo significativo para la estabilidad social. Este incidente subraya cómo las redes sociales pueden amplificar rápidamente narrativas peligrosas y cómo la polarización política continúa escalando hacia niveles alarmantes en Estados Unidos, donde la retórica incendiaria encuentra terreno fértil en plataformas digitales que priorizan el engagement sobre la seguridad pública.