En un veredicto que ha conmocionado a la comunidad internacional, la Asociación Internacional de Expertos sobre Genocidio (IAGS) ha determinado que las acciones militares de Israel en la Franja de Gaza desde 2023 constituyen un acto de genocidio. Esta organización, reconocida como la principal autoridad mundial en el estudio de este crimen, ha emitido una resolución contundente que responsabiliza al gobierno israelí por violaciones sistemáticas de derechos humanos. El documento, aprobado por el 86% de sus aproximadamente 500 miembros, representa una de las acusaciones más graves que puede enfrentar un estado ante el derecho internacional.
La resolución de la IAGS detalla cifras devastadoras basadas en datos de la ONU: más de 59,000 personas han perdido la vida, incluyendo miles de niños, mientras que los heridos superan los 143,000, muchos con secuelas permanentes. El texto especifica que las acciones israelíes han incluido tortura, detenciones arbitrarias, violencia sexual y reproductiva, así como la privación deliberada de alimentos, agua, medicinas y electricidad esenciales para la supervivencia. La mayoría de los 2.3 millones de palestinos en Gaza han sido desplazados múltiples veces debido a la destrucción de más del 90% de la infraestructura civil, incluyendo viviendas, hospitales, escuelas y centros culturales.
La declaración enfatiza particularmente el impacto en los niños, señalando que el asesinato y las lesiones de aproximadamente 50,000 menores deben considerarse genocidio en sí mismos, ya que atacar a los niños representa la intención de destruir el futuro de una comunidad. Además, el documento cita declaraciones de altos mandos militares y líderes políticos israelíes que han expresado abiertamente su propósito de “causar el máximo daño y arrasar Gaza”, calificando al pueblo palestino como “animales humanos”. La IAGS también destaca el apoyo del primer ministro Benjamin Netanyahu a planes de expulsión forzada sin derecho al retorno, estrategia que expertos de la ONU han definido como limpieza étnica.
Mientras Israel ha rechazado categóricamente las acusaciones, calificando la resolución de “vergonzosa” y argumentando que se acusa a la víctima del intento de genocidio de Hamás, la presidenta de la IAGS, Melanie O’Brien, defiende la conclusión afirmando que “quienes somos expertos en el estudio del genocidio podemos reconocer esta situación por lo que realmente es”. La resolución insta al cese inmediato de las acciones genocidas y hace un llamado a establecer mecanismos de reparación y justicia transicional que garanticen democracia, libertad, dignidad y seguridad para todo el pueblo de Gaza, marcando un precedente histórico en la aplicación del derecho internacional humanitario.