;

Los sistemas de asistencia al conductor requieren intervención humana cada 9 minutos, según estudio de AAA

autonomous vehicle in san francisco street scene
Photo by Abhishek Navlakha on Pexels.com

Los sistemas avanzados de asistencia al conductor, conocidos como ADAS por sus siglas en inglés, están transformando la forma en que manejamos nuestros vehículos. Estos sistemas vienen en diferentes variantes: algunos actúan como un segundo par de ojos y oídos, monitoreando el entorno del auto para alertar al conductor o incluso intervenir si detectan un posible choque. Entre estas funciones se encuentran el monitoreo de punto ciego, las advertencias de colisión y el frenado automático de emergencia. Otras características son más bien de conveniencia, como el control de crucero adaptativo y el mantenimiento de carril, que alivian parte de la carga de conducir. Una de las innovaciones más recientes es el asistente de embotellamientos, diseñado específicamente para el manejo a baja velocidad en autopistas con tráfico intenso.

Un estudio reciente realizado por AAA en el área de Los Ángeles puso a prueba cinco sistemas ADAS de diferentes fabricantes. Los evaluadores recorrieron las mismas rutas simultáneamente durante el tráfico matutino y vespertino de días laborables, acumulando un promedio de 342 millas (550 kilómetros) en 16.2 horas de prueba. Todos los vehículos estaban equipados con cámaras y GPS para registrar las condiciones del tráfico y el comportamiento de los sistemas. La investigación comparó tanto el funcionamiento general de estos sistemas en el mundo real como el desempeño de aquellos que permiten quitar las manos del volante versus los que requieren mantenerlas siempre sobre él.

Los resultados fueron reveladores: en promedio, estos sistemas ofrecen menos de 10 minutos de tranquilidad durante un embotellamiento. El estudio registró ‘eventos notables’ cada 3.2 millas o aproximadamente cada 9.1 minutos, y lo más preocupante es que el 85% de estos eventos requirieron que el conductor interviniera manualmente. Esto nos lleva a una reflexión importante: aunque la tecnología avanza a pasos agigantados, todavía estamos lejos de poder confiar ciegamente en estos sistemas. La responsabilidad última sigue recayendo en el conductor, quien debe mantener la conciencia situacional en todo momento. Los ADAS son herramientas valiosas que mejoran la seguridad, pero no reemplazan la atención humana al volante.