En un mundo donde el turismo global ha vuelto a repuntar a niveles pre-pandemia, algunos destinos icónicos como Ámsterdam y Venecia buscan soluciones creativas para mitigar la saturación turística. Holanda, conocida por sus molinos de viento y paisajes pintorescos, está considerando implementar tarifas para visitar sus rincones más atractivos. La región de Zaanse Schans, famosa por su museo al aire libre y su proximidad a Ámsterdam, está explorando esta innovadora estrategia para proteger su patrimonio y mejorar la calidad de vida de sus residentes.
La idea de cobrar a los turistas por el acceso a ciertos lugares no es nueva. Venecia, por ejemplo, ya implementa una tarifa similar para limitar la afluencia turística en sus estrechas calles y canales. En el caso de Zaanse Schans, las autoridades planean una tarifa de entrada de 17,5 euros, dirigida exclusivamente a visitantes extranjeros. Este enfoque no solo busca reducir el número de visitantes, sino también generar los recursos necesarios para mantener y preservar sus valiosos edificios históricos.
El modelo de Holanda refleja una tendencia global: cobrar a los visitantes por el acceso a sitios emblemáticos y naturales con el fin de salvaguardar estos lugares frente al deterioro y la masificación. Países como Japón y Nueva Zelanda también están considerando medidas similares para proteger montañas y playas. De hecho, la idea de un peaje turístico se está discutiendo en distintas partes del mundo, incluso dentro de los campos verdeantes de Italia, donde los agricultores han comenzado a cobrar a los turistas por cruzar sus propiedades.
Con un aumento proyectado del turismo en la región, las autoridades de Zaanstad están conscientes de la necesidad urgente de tomar medidas. Los recursos generados por estas tarifas no solo facilitarán el mantenimiento del patrimonio, sino que también asegurarán la seguridad y la habitabilidad de la zona. Esto es crucial para evitar que la popularidad del Zaanse Schans se convierta en una amenaza para su propia existencia.
Con todo en juego, desde la preservación del patrimonio hasta la calidad de vida de los residentes, este enfoque invita a reflexionar sobre el equilibrio entre turismo y sostenibilidad. Como recordatorio, la gestión turística es vital para preservar lo que hace a nuestros destinos tan especiales sin sacrificarlos en el altar de la masificación turística.